LA VIDA ES UNA PLANIFICACION ESTRATEGICA

16 enero 2012
Escrito por:  Lcda. Yanitza Gómez Narváez


Ensayo que trata de cómo la planificación influye en nuestras vidas.

    La planificación estratégica reviste un significado transcendente a través del tiempo.  Nuestros ancestros utilizaban sus ideas para ganar sus batallas;  el General del ejército romano Aníbal  se apoderó de una región en Roma, donde realizó un análisis de la situación, formuló estrategias para tomar el control del terreno.  El análisis realizado de los factores del medio ambiente y los recursos, en aquel entonces,  determinaron  las tácticas y pasos a seguir que le permitieron el logro del objetivo:   ¡GANAR!.

En la década de los sesenta, aparece  el ruso Igor Ansof , llamado el padre de la Administración Estratégica. En medio del caos de la revolución rusa, emigra a Estados Unidos, existía una crisis económica. Los precios del petróleo se incrementan a consecuencia de la guerra en el Medio Oriente, llamada la guerra de los seis días donde Jerusalén queda en poder de Israel, trayendo como consecuencias la escasez de materiales y de energía, acompañada de la inflación, el estancamiento económico y el aumento del desempleo. Para ese entonces, los Estados Unidos se apoderó de la participación en las industrias de acero, automóviles, motocicletas, relojes, cámaras fotográficas, entre otras.

    Venezuela con la creación del Proyecto Nacional Simón Bolívar (primer plan Socialista de la Nación 2007-2013), establece las líneas de planificación estratégica de la nación, con el fin de que lleguemos a ser una potencia energética, con una visión en la geopolítica nacional e internacional.  En 1999, se inicia un proceso de cambio en el país, con el nuevo Plan de Desarrollo Económicos, donde los futuros líderes del Siglo XXI y Gerentes (empresariales, comunitarios, militares) deben tener una visión integral sobre los cambios económicos, sociales, políticos, culturales y territoriales a nivel  mundial, ya que estos afectan la producción y desarrollo de todas las organizaciones.

    Pero, adentrémonos al mundo de éste fenómeno llamado, PLANIFICACION ESTRATEGICA.  Su filosofía de gestión está conformada por los principios y culturas corporativas, la visión, la misión, los objetivos y estrategias de la organización. Juega un papel muy importante porque forma la línea directriz para los planes de  acción y evaluación de los resultados. Representa lo que la empresa quiere ser.   La Cultura Corporativa, define la identidad de la empresa, son las normas, valores y políticas compartidas, por las que se rigen e identifican los miembros de la organización,  regulan la vida de la organización que al estar claramente definida, facilita el trabajo del equipo directivo y del conjunto de las personas implicadas en los proyectos. 

    Una estrategia da lugar a muchas tácticas y por ello la estrategia  empresarial es básicamente una actividad racional que implica poder  identificar las oportunidades y amenazas del ambiente donde oferta  la empresa, así como evaluar las limitaciones y fortalezas. La estrategia es un plan (generalmente a largo plazo) que es el resultado (planeación táctica) de una decisión ejecutiva (tomado por los más altos niveles de autoridad) cuyo objeto consiste en desarrollar total o parcialmente los recursos humanos y materiales de la empresa.

    Los proyectos estratégicos son "POCOS" pero vitales. Son en realidad los factores claves de éxito de la compañía, a saber:  Modernización tecnológica, Reingeniería organizacional,  Plan Global de Mercadeo,  Calidad Total,  Servicio .al cliente y Plan Estratégico de talento humano.
   Tan vitales que, al hablar del talento humano no cesaríamos en la multiplicidad de temas asociados a éste y de cómo la planificación estratégica formula planes de acción para el tratamiento de los diversos subsistemas de la Administración del Capital Humano, desde la Provisión, pasando por la Aplicación, Mantenimiento, Desarrollo y hasta el Control de la Gente dentro del mundo empresarial, logrando de esta manera acertar en el logro de los objetivos organizacionales, transformándose en  Éxito o lo que es lo mismo:  ¡GANAR!.

Suena sensacional todo este tema, pero, sería un desperdicio si solo habláramos de la empresa como un único protagonista en la Planificación Estratégica.   Ante todo un sinfín de ideas planteadas y llevadas a cabo por una directiva; es el SER HUMANO el gran valuarte en este proceso de la Planeación.  No es el proceso en si, sino quien lo lleva a cabo.  Esa especie humana con poder de conciencia y el talento suficiente, es la responsable de ejecutar los planes y conducir todos los esfuerzos hacia el camino correcto.

Pero, vayamos aún más al detalle.  Analicemos un momento estos dos grandes mundos complementarios.  La vista se nos pierde en el tiempo, con el simple hecho de pensar y preguntarnos:  “¿Y si… no hubiésemos  planificado en aquel entonces, las cosas serían distintas ahora?.  Por un lado la Institución, con sus necesidades organizacionales y por el otro lado el individuo, con sus necesidades personales.  Ambas esferas confrontadas y que al unirse y comprender cada quien su misión y visión, llevan juntos su cuota de responsabilidad;  hablaríamos entonces de LAS NECESIDADES, juntas pero no revueltas.  Cada uno en su espacio definido,  “tu me ayudas y yo te ayudo”, se convierte uno en el Patrono y el otro en el Trabajador, uno recibe un pago por los servicios prestados y el otro obtiene su rentabilidad/productividad.  Cada quien obtiene lo suyo.

La disposición y la aptitud pasan a ser dos factores de especial relevancia en el desempeño de los actores.  Una aptitud positiva logrará un eficiente desempeño de las personas dentro de la organización, la disposición de ejercer las actividades de la mejor manera hacen que ese Capital Humano adquiera experiencia y con el transcurrir del tiempo esa experiencia conjunto todo el plan de carrera logrado en su estadía en la empresa hacen que ese personal se vuelva valioso y competitivo.  El Talento Humano emerge de los profundidades de nuestro ser.

La experiencia contribuye e impulsa el crecimiento de la persona,   logrando que  la misma crea en sí misma y en sus capacidades para triunfar (autoestima);  escale cada vez más y se preocupe por buscar siempre lo mejor(autoexcelencia) y haga uso de sus habilidades y actitudes, de la mejor forma posible, aumentando su nivel de seguridad y confianza, de esa forma pensará con visión de futuro(autoeficiencia).

Hay personas que, en su ambiente laboral, cuentan insistentemente los minutos que faltan para culminar su jornada. Se sienten hastiados, desmotivados y sin ganas de trabajar, sin embargo, ¿cómo se puede mejorar esta actitud? El crecimiento o desarrollo personal impulsa la creatividad, liderazgo y organización de los individuos. Las empresas deben impartir las herramientas y técnicas necesarias para potenciar el adiestramiento y la responsabilidad de su personal.

Todos los seres humanos somos afortunados, pues Dios nos ha provisto de dotes que sólo nosotros somos capaces de proyectar.  Solo basta una dosis de aptitud positiva y disposición para llegar poder a entender que somos nosotros mismos los responsables de nuestras acciones y esas mismas acciones son las que nos transportan a la plataforma de ¡GANAR!.

Al profundizar encontramos que el Individuo nace, crece, se desarrolla y se retira.  Esas serían las etapas del ser humano dentro de la organización.  Unos se retiran por oportunidades de expandirse, bien sea por ejercer mejores cargos o por cuenta propia.  Otros porque ya quieren dedicar tiempo a su familia.  Otros porque ya están cansados de ir y venir de un trabajo a otro, porque no están claros en lo que desean en la vida.  De cierta forma, esta última ocasiona pérdidas tanto para las empresas como para el ser humano como tal, ya que ninguno de los dos ha acertado.  Tales afirmaciones parten de la formación que haya tenido esa persona en el hogar, el medio ambiente donde se desarrolló y si alguna vez recibió una orientación de un padre o una madre que haya forjado en ese ser humano valores que le permitan tomar decisiones al momento de madurar.

A menudo, no sabemos lo que queremos realmente porque no nos lo hemos planteado seriamente ni siquiera una vez. Empleamos toda nuestra energía con el fin de lograr nuestros deseos, y en su mayoría las personas nunca discuten las implicaciones de tal actividad; jamás nos preguntamos si realmente son los verdaderos deseos. No nos detenemos a pensar si los fines perseguidos representan algo de lo que se desea ser.

Entonces se detectan cuatro posibles escenarios errados de una realidad:  1º.- somos lo que nuestros padres desean (primer error), 2º.- seguimos un modelo(segundo error), 3º.- la sociedad no te ofrece mayores oportunidades y debes “agarrar aunque sea fallo” (tercer error) y por último y 4º te desarrollas en lo que definitivamente quieres y te conviertes en “taxista” (con  todo respeto, es una profesión noble).  Todo lo anterior no sale de concluir en que, los únicos responsables de nuestro destino somos nosotros mismos.  El mundo, por muy adverso que sea esta lleno de miles de oportunidades, en nosotros está el saber planificar estratégicamente nuestro futuro y si nuestra visión es GANAR, pues, señores, hay que hacerlo.

Desde otra visión, existen personas que se dedican a estudiar y a estudiar.  Obtienen un título académico y siguen estudiando, se capacitan hasta el punto de llenar un patrón de carrera abultado, y no deciden ejercer la profesión y aplicar conocimientos.  Esto sólo tiene una solo respuesta: inseguridad.  Las personas no apuestan al éxito por miedo al fracaso, esa mala concepción los lleva a seguir estudiando y preparándose teóricamente, olvidando la práctica, que es tan esencial en la vida;  ya que asentaría las bases para que se consoliden los conocimientos. 

Hay que tomar la decisión que nos llevará al desarrollo pleno, el ser humano está constantemente sometido a la presión de tener que tomar decisiones, pero aceptar esta responsabilidad por nuestras elecciones, con toda la angustia e incertidumbre que supone, es vivir auténticamente, de acuerdo con la propia condición de la naturaleza humana.  Lo que nos puedan aportar los demás, o lo que podamos nosotros aportarles a ellos, bienvenido sea, pero la iniciativa debe provenir de uno mismo.

No hay que buscar a alguien diferente del que somos, tratar de inventarnos de nuevo, cuando lo que en realidad deberíamos hacer es redescubrirnos, tal y como  somos. Deberíamos buscar, descubrir y aprender quiénes somos y, de este modo, acabar asumiendo razonablemente lo que no podemos cambiar. Cambiar no es lo mismo que convertirse en otro.
Ahora nos preguntaremos:  ¿De qué esta hecho el ser humano?.  Basta mirarnos y responder.  Basta sólo en preguntarnos:  ¿Esto es lo que realmente queremos?.  Sin duda alguna que el ser supremo tiene mucho que ver en esto.  Dios hizo el hombre a su imagen y semejanza.  Y si eso es cierto, ¿Por qué no somos iguales? Deberíamos unos ser espejos de los otros, pero no. ¿Se imaginan a todo el mundo igual?.  Sería aburrido el que no exista la crítica y la competencia, pero saben?, Dios no se refería al físico, sino a nuestro interior.

Nosotros, por naturaleza, por Ley divina, se nos otorgó un talento.  Nuestro interior esta lleno de talento puro.  Somos la creación de Dios y somos perfectos.  Existen muchos seres humanos talentosos, pero eso sólo es posible en una sociedad en donde su población quiera contribuir al desarrollo de ella misma y por ende de la nación.

¿Quieres tener una razón para intentarlo?, piensa en ti como ser humano, piensa en tus hijos y nietos.  Piensa en el porvenir y en que solo, tan solo en nuestras manos esta el futuro.  Cada persona como unidad, cada familia como unidad, cada grupo de trabajadores como unidad, deben tener objetivos y planes de acción que los conlleve al logro del éxito, el logro de uno es el logro de todos, y los buenos resultados que se puedan obtener de las buenas acciones serán recompensados por los nuestros.   La punta de lanza del desarrollo de un país esta en sus habitantes y en la aptitud de éstos.


Una nación, no se cataloga potencia por su poderío económico, político o militar, sino por su población y lo que se invierta en ella para su desarrollo. 

Una revolución marca el futuro, la revolución del talento humano, ya no se trata de las personas como Recursos se trata de su capacidad intelectual y de todo aquello que sabe hacer mejor que los demás.   Como lo dijo mi Profesor de Planificación Estratégica:  “Estamos en presencia de una  Revolución de la conciencia”.